Se nos ha
enseñado que vivimos en una sociedad enferma, que tenemos que ir contra el
destino que se nos ha impuesto.
Se nos ha
enseñado que vivimos en un Estado de bienestar que será eterno, y que además
genera bienestar.
Se nos ha
enseñado que por la fuerza tenemos que hacernos al destino que nos fue negado.
Se nos ha
enseñado que los juicios son definitorios y certeros, y que como tales debemos
juzgarlos.
Se nos ha
enseñado que el poder conlleva tiranía, y que hay que ir en contra de él.
Se nos ha
enseñado que no hay cabida al error, que la vida es demasiado seria como para
desperdiciarla.
Se nos ha
enseñado que la vida es demasiado seria como para tomarla en serio.
Se nos ha
enseñado que Dios existe.
Que Dios
no existe.
Que la
vida es bella, que debemos hacerle frente a las adversidades, que debemos salir
siempre adelante.
Que las
críticas son destructivas. Que las críticas son constructivas. Que debemos
respetar a nuestros mayores y callar.
Se nos ha
enseñado que no. Que sí.
Se nos ha
enseñado que debemos ir hasta la muerte por lo que creemos.
Se nos ha
enseñado que en facebook solo debemos comunicarnos con lo que nos gusta,
comunicarnos con quienes están de acuerdo con nosotros.
Se nos ha
enseñado que podemos eliminar a quienes nos cuestionan, y huir de la discusión,
y no cuestionarnos.
Se nos ha
enseñado que no debemos bajar la cabeza ante nada ni nadie.
Con tanto
bipolarismo es dificilísimo entender que las cosas no son tan así. Que está en
nosotros balancear la balanza tan desbalanceada de la justicia. Con tanto
bipolarismo ya no sabemos si estamos bien, si estamos mal. Pero nos enseñaron
que tenemos que estar o a un lado o al otro. Nada de centro, nononó.
De tanto
que nos han enseñado de pronto se nos olvidó vivir la vida. Y más importante,
vivirla con los demás. De tanto que nos han enseñado de pronto ya no sabemos
aprender.
Es verdad, a veces no sabemos si saber es peor.
ResponderBorrarA veces estoy de acuerdo, y como quisiera volver todo mucho mas sencillo.
Así como hay que callar para aprender a hablar, hay que ser tranquilos para aprender a intranquilizarnos. Para encontrar lo importante, hay que dejar de buscarlo (a veces).
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