4 de octubre de 2010

Diálogo para una clase

B: ¿Cómo está tu hermanito?

A: No ha nacido, mis papás dicen que todavía faltan unos meses.

B: ¿Ah sí? ¿Cuántos?

A: Sin cuenta.

B: ¿Cincuenta? ¿Estás seguro?

A: Imagínate. Ya no será mi hermanito, voy a estar viejito.

B: ¿Pero no son los popótamos los que se demoran cincuenta meses en tener un popótimo?

A: No seas tonto, no son los popótamos y no son sin cuenta meses. Son los cocordilos, y tienen cocordolitos.

B: Pero… ¿cómo puede el cocordilo tener cocordolitos si los cocordilos no lloran? Dicen que todos los bebés lloran.

A: Yo no lloré.

B: ¿Cómo así que no lloraste? El doctor me dijo que todos lloramos cuando nacemos.

A: ¿Qué doctor?

B: El de la barriga de mi mamá.

A: ¡Ese es el problema! ¿No sabes cómo se hace un niño?

B: Me dijeron que era en un repollito, pero yo sé que no. El otro día los escuché decir que les iba a tocar hacerse una ontología. Y que en la pórtesis (como una puerta especial) les iban a dejar uno blanquito. O algo así.

A: No, no. Los papás tienen que encerrarse en el cuarto, se dan besitos, y así hacen al bebé.

B: ¿Ah sí, y cómo sabes?

B: ¿Sí ves?, no sabes.

A: ¡Sí sé! Pero es que ya me aburrí. Quiero jugar.

B: ¿A qué?

A: A volar.

A: Tú eres un globo. ¡Bobo!

B: Pues… pues… Pues mejor ser un globo bobo a un popótimo que no vola.

A: ¡Así no se dice! El popótimo es el niño, se dice popótamo. Los popótimos sí volan.