30 de marzo de 2015

disolución cinco

el joven cierra los ojos y respira el aire frío que llega con la noche

el viento sopla


camina por una calle oscura

los árboles lo miran mientras se mueven con el viento


el cielo está nublado

la luna, que apenas se asoma, no alcanza a iluminar las calles


el joven ha salido a caminar después de la lluvia

sabe que hace frío y que está oscuro y que las calles están mojadas


lleva las manos en los bolsillos de su chaqueta
lleva en su recuerdo a una mujer que sonríe y lo mira con sus ojos claros

su cuerpo se dibuja como se dibuja vagamente la silueta de la luna entre las nubes


cualquier cosa que piensa se transforma de pronto en inalcanzable

no alcanza la tristeza o la alegría
el humor o la tragedia
no logra ni el recuerdo ni el olvido
tampoco alcanza el hambre, la satisfacción, la consciencia o la inconsciencia


es, mientras camina hacia algún lado con alguna meta
un equilibrista condenado al equilibrio
un acróbata de la cuerda floja que no cae
un pájaro en el aire con las alas inmóviles y extendidas
un amante en la distancia
un cielo nublado
un guepardo detenido mirando a la gacela
un segundo que no pasa
que no pasa
que no pasa


quizá el joven sabe todo esto
y por eso ha salido a caminar en una noche fría y nublada
en la que el viento frío sopla en su rostro
y la luna es apenas una mancha blanca entre las nubes


pero el tiempo no se detiene


él lo sabe


las hojas se mecen y susurran en su oído
el aire frío busca la caricia de sus manos
las calles se multiplican

quizá alcanza el vívido recuerdo de un beso
quizá lo iluminan los faroles de un carro
quizá se larga la lluvia de repente
y entonces él vuelve a casa
y llueve
y hace frío


quizá toma un bolígrafo y escribe estas palabras