I.
Sentada
así, con las piernas recogidas,
con el
pelo suelto, los brazos cruzados,
la cabeza
despejada y el corazón abierto.
Sentada
así a la pared y a la vida.
II.
De los
ojos: que son negros, hasta adentro,
que
reflejan la luna blanca, la luna negra, la luna azul.
De la
mirada: que es profunda, hasta adentro,
que
refleja la luna blanca, la luna negra, la luna del alma.
III.
La mano
que suavemente siente mis brazos,
la mano
que escribe la lista del mercado,
la mano
que se lastima con un hilo erróneamente colocado,
esa mano
que toma mi mano.
IV.
Cierra la
boca, ábrela, sonríe, saca la lengua,
grita,
canta, dime un secreto al oído, o no,
pon tu
boca en mi oreja, refréscala con agua,
habla con
el mundo y luego cuéntame de él.
V.
El agua
de la ducha, el agua de la llave,
el agua
de reserva y el agua de la calle,
el agua
pública, de la gente, y el agua privada.
Lluéveme,
mójame, quítame esta sed de ti.
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