23 de marzo de 2017

quebrarse

no se trata de ti o de mí.

podríamos ser cualquiera entre la gente
quizá el pelo un poco más largo
la sonrisa un poco más clara
y una mirada limpia entre tantas otras.

atrás quedaron los ríos,
los paisajes que anduvimos
recogiendo hojas secas y flores
respirando el aire limpio entre la niebla.

ya pasaron los atardeceres que vimos
las mañanas en que despertamos juntos
compartiendo anécdotas de nuestra niñez
de esos días en que fuimos tan felices.

dejó de ser nuevo el mundo que fuimos descubriendo
unas veces con desolación, otras con alegría
buscando refugio en lo que conocíamos
para sentirnos siempre a salvo.

quedó impuesta entre nosotros la distancia
y el lugar que habitamos en el mundo es uno diferente.
reconocemos el dolor al saber
que de nuevo somos quienes siempre fuimos:

un instante, una coincidencia que termina
una corriente de aire entre los árboles, y luego la quietud.
un encuentro.

quizá sea momento de esperar que pase el dolor
ser de nuevo paciencia y cuidado
recordar que no habitamos el tiempo;
nuestro hogar es nuestro cuerpo.

no se trata de permanecer enteros
de resistir la embestida de las olas
y no naufragar.

se trata de quebrarse,
de descubrir qué es lo que queda en pie
cuando el dolor desaparece.

vagar de nuevo por el mundo
recostarse en sus playas, y dejarse llevar
en el vaivén de las olas sobre la arena
caminar entre sus selvas escuchando el murmullo de la vida.

21 de marzo de 2017

nocturno

cierro los ojos para que desaparezca el mundo
la oscuridad se hace un vaho borroso y sin forma
en él se deshacen, como humo en el aire
los rostros y la vida, tan claros en el día.

pierdo la noción del tiempo
la memoria parece algo falso, artificial
que construyó de la nada un ser que llevaba mi rostro.

no me reconozco
mis manos parecen las de alguien que se mira,
que se observa cuidadosamente,
como si observara en sí mismo los rasgos de un familiar desconocido.

las palabras se hacen impronunciables.
las letras pierden, poco a poco,
su sentido.

la imagen que tenía del mundo desaparece.
se transforma en un sueño lejano.
lo que era real se confunde con ese vaho espeso
y no queda ni siquiera la penumbra.

es la muerte, dice un último aliento
así que me entrego al vacío
a la nada
al silencio.