1 de agosto de 2013

condena


no quiero ser el martes que se repite
una y otra vez hasta el cansancio.
no quiero ser el camino de siempre
a tu casa de siempre, por las calles de siempre.

no quiero ser la palabra que se repite,
que de tanto escucharla no suena más que a hueco.
y siempre suena igual, como si fuera tu piel, solo tu piel
sin carne ni venas ni grasa por dentro.

no quiero ser el vacío que, de vacío, se llena,
absorbiendo cuanto encuentra porque ya no tiene nada.
no quiero ser la última gota del agua que siempre fue la misma
bajando por la misma garganta que dijo tu primera palabra.

no seré tus mismas cosas nuevas de siempre
ni tus mismos nuevos besos de siempre
y ni siquiera te daré mis sonrisas únicas de siempre.
tú me condenas a la eternidad.

y es que yo busco la muerte.

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