20 de agosto de 2013

acerca del ejercicio de volar


tengo miedo de decir las palabras certeras que me acucian,
de hallar las verdades profanas que me despertarán del ensueño.
tengo miedo de la melancolía que es ser humano de carne y hueso
y dejar de pretender que hay un destino que le da sentido a mis pasos.

mi destino no era más que el de las cenizas
cuando yo jugaba a ser el aire de los dioses.
no acertaba a comprender que mi lugar estaba en la tierra.
ni siquiera me fueron puestas un par de alas para el engaño.

yo mismo tejí  con sueños e ilusiones esas alas
y no logré planear sobre el aire que me fue dado.
el aire con que escuchaba las cuevas y el susurro de los árboles
era el mismo aire que me empujaba contra el suelo, voraz y sin cuidado.

y ahora que me comprendo entre los hombres de mi carne,
y que tengo mis pies descalzos sobre el barro que es mi sangre
tan solo me siguen siendo fieles esas alas inasibles e invisibles.

ahora que me encuentro desnudo, sin brújula ni estrellas,
solo entre los árboles que me rodean y ya sin ilusiones,
cargo con mis alas llenas de tantos sueños del pasado.

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