prometo abrir cada uno de mis poros como si fuera una
puerta
para que
entres y salgas cuando quieras.
prometo cerrar los ojos para que se haga de noche y
canten las cigarras
dentro, muy
dentro.
prometo respirar siempre hondo para que el viento
juegue con tu pelo
y además
respire este paisaje de luna.
prometo tomar mucha agua para que crezcan ciruelas
jugosas
y te bañes
sin ropa a la sombra de cualquier árbol.
prometo también las lágrimas sinceras para que nunca
te falte condimento
ni un mar
salado para navegar al horizonte.
prometo la alegría y la tristeza, porque hacen falta
las tempestades,
porque de ahí
vienen los más hermosos arrabales.
prometo las palabras, y también el silencio, para que
no te falte el canto
ni tampoco
la tranquilidad de los caminos.
prometo, debo decirlo, cerrar a veces las puertas,
porque el polvo y el
cansancio
a veces
hacen un mundo inhabitable, y hay que limpiarlo.
prometo no mentirme, prometo la sinceridad, porque el
cielo oscurece si
llueve
y también se
iluminan las calles si hay sol.
prometo oler canela, el pasto recién podado, la lluvia
sobre el asfalto
para que no
te falten los perfumes que no cargas.
o quizá no
te prometo nada
quizá es tan
solo una manera de decir algo
que no sé cómo
decir.
quizá es una
manera de decir
lo
indecible.
quizá te
pueda prometer no hacerte promesas, porque el
mundo es lo que es
porque el mundo simplemente está ahí, cada día, llueva
o haga sol
o quizá sea
un día indeciso
y pueda ver el arcoiris.