5 de mayo de 2012

Soy un pésimo poeta


Ser costurero y tener la maldita costumbre de halar hilos
ser un herrero y sentarse en el yunque a matar mosquitos con el martillo
ser guitarrista y andar tocándole los bigotes al gato
y ver un saco destruirse, un mosquito volando, un gato molesto.

Ser el señor taxista y parar solo a tomar tinto
ser un cura y decidir contarle los pecados del pueblo a su novia
ser matemático y ver programas infantiles
y quedarse viendo el cuncho, pecar con la novia, reírse de Bugs Bunnie.

Todo esto quiere decir algo.
Como buen poeta, debería haberme callado hace dos líneas.
(Ser un poeta, y no cerrar la boca)
Pero soy un pésimo poeta, y quiero explicitarme:

Es más necesario darse cuenta del mundo
que el hecho de que el mundo se dé cuenta de uno,
y tomar tinto en la calle, y andar jodiendo a un gato.

Ser cura debe ser terrible: Dios habla y habla y habla, y nada hace.
Los matemáticos hablan y hablan y hablan, y nada hacen.
Los pasajeros se mueven estúpidamente; los del norte al sur y viceversa.

Un buen poeta andaría viajando por el mundo, pero como les digo
Y yo estoy acá nada más que por decisión propia, pero como les digo
Yo, por mi parte, prefiero quedarme escribiendo, porque como les digo

soy un pésimo poeta, y escribo sentado detrás de la barra de un café.


PD: Y aún así me maravillo con un herrero
que sentado en el yunque
se dedica a matar mosquitos con el martillo.

1 comentario:

  1. Efectivamente el que era buen poema hasta la segunda estrofa dio un giro... que me parece interesante y que podría haber continuado en un buen poema raro:
    Es más necesario darse cuenta del mundo
    que el hecho de que el mundo se dé cuenta de uno

    Esa idea es fuerte.

    ResponderBorrar