29 de septiembre de 2014

olvidaré tu rostro


olvidaré tu rostro
no quedará tan siquiera tu nombre
ni tus manos
ni aquella voz que hizo de mí tantos harapos

te acabarás esa cerveza sin decir palabra
llegará el final de la película
saldrás del teatro
dejarás el bar para siempre

quedaré sentado frente al aire
comenzaré a escuchar conversaciones ajenas
reconoceré de nuevo el cielo
abriré los ojos sin buscarte

todo esto haré
poco a poco
como un hombre solo
sin prisas

olvidaré tu nombre
de ya no mencionarlo
olvidaré tu cuerpo
seré un analfabeta de tu cuerpo

destrozaré cada imagen
cada cuadro
quemaré todos los campos
veré la luna roja

hay lugares que ya no llevarán tu nombre
hay momentos que ya no llevarán tu nombre
hay mujeres que ya no llevarán tu nombre

este espacio que te di ya se ha cerrado
ya no cabe ni siquiera uno de tus cabellos
esos que bailaban como el agua con el viento

me niego a mencionar tu nombre
a fuerza de callarlo lo olvidaré
si es necesario, olvidaré incluso mi propio nombre

al final
será como cada muerte

morirá, solo quedará el aire
de mi respiración pausada

morirá, solo quedará el silencio
el eterno silencio

morirá como la rosa
como un gato, como un viejo agonizante

morirá como aquello que nació
y fue nuevo
y ahora
después de la vida que fue eterna
deja el brillo de su última mirada

se lo ha regalado al sol.

22 de septiembre de 2014

no existe el poeta


no existe el poeta
tan solo la poesía

nadie crea la flor, aunque haya semilla
aunque haya agua, luz y sombra
el poema crece porque pasa el tiempo
y florece. no hay poeta.

hay un conjunto de condiciones
y entonces el poema puede ser una rosa
puede ser una orquídea
puede ser tan solo una semilla que se llevó una golondrina
y nadie la vio

no existe el poeta
si existe el poeta, entonces no existe la poesía
si alguien creó la flor, si alguien creó los atardeceres
entonces la flor y los atardeceres dependen de alguien que las cree

pero no es así.
la flor se crea a sí misma. el atardecer es el resultado del tiempo
del amanecer
nunca del poeta.

no existe el poeta
tan solo la poesía.
si no existe el poeta, entonces el poema es una flor para observarla
si no existe el poeta, el poema es cualquier cosa.
dice el poeta, todo es poesía, excepto la poesía.
dice el poema, todo es poesía, excepto el poeta.

6 de septiembre de 2014

calla


shh.
calla.
no lo digas.
sigamos caminando, tan solo tomados de la mano

¡no!
no separes los labios si no es para decir qué largo es el camino
si no es para hablar sobre el clima.
hazme caso esta vez
tan solo esta vez
y hablemos de cosas banales

prefiero guardar silencio todo el camino
espero que no te incomode.
por favor
te lo pido
escuchemos el viento entre las hojas

no me llames
no me escribas.
no pretendas nombrar el aire que recorre tus pulmones y sale hacia mis oídos.
nómbrame con el silencio
mírame con los párpados pegados el uno al otro
siente en mi cuerpo el olor de los lugares que he recorrido

tan solo te doy permiso de tocarme cuando nuestra piel se confunda en una sola masa
innombrable

shh.
calla.
escucha el viento.
en él vienen tus palabras.

1 de septiembre de 2014

a este lado de la frontera

hice un santuario en tierra ajena
ladrillo a ladrillo levanté sus paredes
traje agua del lejano río
para mezclar con la cal en las bateas

mi meta era el templo sagrado
hacer dentro de él un altar
dotarlo de suelo, ventanas
de techo y de una gran puerta

mi meta era hacer un hogar
cálido y fresco en el desierto
construir al otro lado de mis fronteras
un refugio para pies extranjeros

logré que fuera redondo como el sol
que dentro de él se respirara aire fresco
cavé un pozo para calmar la sed
y quitar de mi cuerpo esa masa de sudor y arena


pero yo no sabía de aquella tierra
yo no sabía de las serpientes ni de las tormentas
aún peor, no sabía que eran tierras ajenas
y me echaron
y tumbaron el techo
descascararon la cal y echaron abajo las puertas

regresé a este lado de la frontera
pero llego con las manos gruesas, sucias
con la piel manchada por el sol, seca
llegué con el cansancio acumulado
y con el viejo santuario
como una herida en la memoria de mi cuerpo


quizá cometí el error de construir en suelo ajeno
quizá cometí el error de beber su agua y dormir en su seno
pero ahora que subo a mis montañas y miro hacia oriente
veo mi santuario lejano, descascarado
veo la soledad que llena cada uno de sus espacios
y me hierve la sangre cuando pasa un forastero
y alza su propio mausoleo frente al mío

aquel horizonte se llena de santuarios
y deja de ser, poco a poco, aquel lugar que consideré sagrado
no era más que un pedazo de tierra vacía
que, lleno de edificios, vuelve a estar desierto