Calla su
nombre y deja que el silencio lo pronuncie.
Cuando
cierra los ojos, puede descifrarlo sin tenerlo cerca
puede
reconocer los espacios que son oscuros y desconocidos
saber las
cosas que nunca le enseñaron.
Antes del
camino, mira hacia delante
se detiene
para escuchar la voz del viento.
Cree
entender lo que le dice
y quizá
lo entiende en un lenguaje desconocido
en
palabras ininteligibles que le atraviesan las sensaciones
en roces
suaves sobre su piel intacta
en
perfumes que le hacen recordar lo que ya estaba olvidado.
Sabe lo
que le espera si camina
así como
el río también lo sabe;
no se
trata de un destino
no se
trata del resultado de emprender el viaje;
se trata
de lo que se sabe sin saberse
de lo que
habla con palabras viejas.
Cuando
cierra los ojos, puede descifrarlo sin tenerlo cerca.
Calla su
nombre y deja que el silencio lo pronuncie
y camina.
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