Y si todos fuimos paridos por ángeles
y si el don de la vida nos fue dado por sobre la muerte
y si fuimos dotados de juicio, de cuerpo y alma
y de una u otra manera nacimos en este mundo.
Y si luego vivimos como nos fue posible
y nos hicimos una idea del mundo que nos tocó afrontar
viviendo a veces contra viento y marea
a veces recostados en una barca que nos mecía
como si fuera el pecho de una mujer que respira y que nos es
amada,
y si después de eso nada cobró sentido
y el pecho no fue más que un pecho
y el llanto no fue más que llanto
y la alegría que algún día fue tan plena se convirtió en
recuerdo,
si todo lo que dejamos de pronunciar está dicho en lo que ya
dijimos,
entonces
hoy no entiendo cuál fue el ángel que puso su dedo sobre
nuestros labios
no entiendo al sol que nos calentó la piel como un abrigo
no entiendo los abrazos
no entiendo los caminos
no entiendo las manos sobre las que reposamos por primera
vez nuestra cabeza
no entiendo nuestro propio cuerpo tan querido.
Solo me queda el silencio para defenderme
de todo aquello que ignoro y que me da sentido.